Cuando amanece en París
La luna ha empezado a desvanecerse entre las nubes.
En las calles de París ya no se oyen aullidos, solo el eco de lo aprendido.
Cada grupo ha seguido las huellas del lobo, ha cruzado la frontera entre mito y verdad, y ha descubierto que lasleyendas no son solo historias antiguas, sino espejos donde el ser humano se mira a sí mismo.
Lo que hemos descubierto…
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Que las leyendas urbanas esconden advertencias, valores y preguntas sobre nuestra manera de vivir.
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Que en cada persona hay una batalla interior entre la oscuridad y la luz.
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Que el “hombre lobo” puede ser símbolo del pecado, del miedo, de la culpa… pero también del deseo de redención.
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Que la fe y la razón nos ayudan a reconocer esa lucha y a transformarla.
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Y que contar historias sigue siendo una forma de sanar el alma y buscar sentido.
Reflexión final
“Si todos tenemos un lado lobo…
- ¿Qué nos ayuda a mantenerlo a raya?
- ¿Qué cosas nos devuelven la calma, la bondad, la luz?”
La luna se esconde, pero no desaparece.Solo espera a que vuelvas a mirarla con otros ojos.Porque ahora sabes que las sombras también pueden enseñar.Que en cada historia de miedo hay una semilla de verdad.Y que, al final, la luz no está fuera… sino dentro.
